indio de la segunda parte (1986), murió de un infarto poco después del rodaje. La niña protagonista, Heather Ó Rourke, falleció también a los pocos días de acabar Poltergeist III, en 1988. Trágica ironía al pensar en las palabras de la parapsicóloga de la película: «No existe la muerte, sólo una transición a una esfera de conciencia diferente. Algunos creen que cuando mueres hay una luz maravillosa pero otros se pierden en su camino a la luz, y necesitan alguien que les guíe». Hay toda una mitología
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